Rafael Corraliza de Arcos en 1957
(nótese que lleva en la solapa el escudo del Club Ajedrez Granja, aunque a penas se distingue)
Rafael Corraliza fue un fuerte jugador de partida viva. Empezó a tocar madera a finales de los años cuarenta del siglo pasado en la Sección de Ajedrez del Casal Católico de San Andrés, tal como se denominaba en aquellos años y al que nosotros siempre denominamos C. C. Sant Andreu.
Una entidad que había nacido en 1919 y que durante toda su existencia, hasta hoy, siempre mostró una predilección por cada una de sus secciones. La progresión de Corraliza fue constante, venciendo a notables ajedrecistas de entonces y recuerdo que era un virtuoso defendiendo las blancas en el siempre controvertido –y hoy poco usado- gambito Evans. Un gambito elegante, como fue él en toda su corta existencia.
Dibujo antiguo de la Parroquia de Sant Andreu de Palomar, símbolo del popular barrio barcelonés
En aquellos años, los tres clubs más importantes de San Andrés, por este orden, eran Granja, C. C, Sant Andreu y Joventut Escaquista. El primero de estos clubs militaba en primera división y únicamente le faltaba un peldaño para ingresar en la que, entonces, era la categoría más elevada, la Preferente. Y esta fue una situación que le permitió intentar nuevas aventuras cambiando su club de origen por el Granja y así encontrarse con jugadores de más fuerza como contrarios. Tanto en un club como en el otro quedó campeón social en más de una ocasión.
Cabecera de las planillas que utilizaba el club ajedrez Granja
1960, más o menos: Aspecto de la entrada al Bar Granja, en la confluencia de las calles Gran de Sant Andreu y Sant Adrià.
Las partidas se celebraban en el primer piso, donde se observan las dos ventanas.
Nota: Tanto éste como alguno de los edificios contiguos desaparecieron con la nueva ordenación. Da la impresión, si nos fijamos en el margen derecho, que quizás faltaba ya poco tiempo para las obras de demolición.
En la siguiente imagen, de la misma época que la anterior, se ve la cafetería, que estaba en la planta baja. La fotografía no responde a la capacidad del local, ya que su superficie era bastante importante, detalle que no recoge esta instantánea. Pero en la siguiente nos podremos dar una idea de su amplitud.
El Bar Granja, en un día cualquiera
Y esta fotografía corresponde al momento de la demolición del Bar Granja
El club ajedrez Granja nace en 1952 cuando un conjunto de amigos deciden formar un club donde poder jugar al ajedrez. Para esta cuestión tuvo mucho que ver el señor Rabasseda, dueño de un bar-granja que se hallaba en la confluencia de las calles Gran de Sant Andreu y Sant Adrià. Rabasseda, que también tenía una cierta afición por el ajedrez, cedió la planta superior del bar-granja para que en ella pudieran disputarse todas las partidas. A partir de la temporada 1952/53, el club ajedrez Granja comenzó su andadura en el Campeonato de Cataluña por equipos, desde la tercera categoría. Poco a poco y de forma continuada fueron progresando.
Diploma de Campeón de 2ª Categoría B del Club Ajedrez Granja
Más adelante, el club ajedrez Granja, bajo la batuta de su presidente Miquel Ribas, intentó el asalto a la división de honor y formó un excelente equipo que logró alcanzar el ascenso a Preferente. Esto fue en la temporada 1957/58. Este éxito, por un equipo de aficionados, fue digno de mención. Los jugadores que alcanzaron este hito los tenéis a continuación:
Componentes del equipo del Club Ajedrez Granja, temporada 1957/58 (ascenso a categoría Preferente)
De izquierda a derecha y de abajo hacia arriba,
sentados: Molina, Lamarca, Corraliza, Galobart y Velasco
1ª fila: Rahola, Muñoz, Pujol, Fernández y Rabasseda (delegado),
al fondo: Travesset, Ribas, Tort, Tornero y Montpart
El ascenso fue difícil y gracias al mejor coeficiente con el Badalona. El vencedor fue el fortísimo equipo del Paluzíe que en sus once encuentros solamente cedió un empate.
Miquel Ribas intentó reforzar el equipo para poder contender en la máxima categoría con un cierto optimismo, y realmente lo consiguió, incorporando otros fuertes jugadores. Entre estos refuerzos se hallaban Fábregas, Margaleff, Raúl de Sousa, Maurice Perraut, Corcho, Amenós, Flores y Garreta. Solamente dos de los que habían conseguido el ascenso no pudieron jugar en Preferente. Uno de ellos fui yo, que regresé a mi club, el Sant Andreu, que había dejado el año anterior, el otro fue Rafael Corraliza que tampoco pudo regresar al mismo club, del que había salido dos años antes, debido a su fallecimiento, víctima de aquellas dolencias que comentaba al principio. Así que no pudo vivir una parte de la gloria que alcanzaron sus dos clubs de siempre: Sant Andreu y Granja.
Allí dejó a todos sus amigos, desde Josep Barutel, Joaquín Encabo, Andreu y Jaume Isern, Ramón Andreu, Antoni Mª. Morell, Gabriel Isern, Julio Picatoste, Dr. Teixidó, Rafael Fando… hasta todos los que figuran en la imagen anterior del club ajedrez Granja, entre los cuales también me cuento.
En la imagen siguiente podemos ver a Vicenç Tornero -otro de sus amigos- a la izquierda, jugando una partida del campeonato de Cataluña en el local del club ajedrez Granja. Observad el tipo de reloj para el control de las jugadas. Era un reloj con una sola maquinaria, construido para este juego, y que actuaba de forma indistinta cuando jugaban blancas o negras. Más abajo podemos verlo con más detalle. Una auténtica reliquia.
Partida jugada en el club ajedrez Granja
Reloj especial para el control de las jugadas
Pero cabe destacar que toda esta nueva plantilla cuajó una buena actuación, terminando en séptimo lugar y manteniendo la categoría un año más; mientras, a la zaga, le iba el otro equipo de la barriada, el Sant Andreu, que alcanzó también el ascenso a primera categoría en 1959. En la imagen siguiente ya no figuraría Rafael Corraliza.
Equipo del Casal Católico de Sant Andreu, que consiguió el ascenso en 1959
(En el cuadro que antecede podemos ver a Rafael Fando Ricci, que fue árbitro principal en el Torneo Internacional de Barcelona de 1929 y que en aquellos años formaba parte de la plantilla del club.)
Rafael Fando Ricci en 1929
La muerte de Corraliza fue un duro golpe para todos los aficionados andresenses. Corraliza, como habéis visto en las imágenes anteriores, era un joven de aspecto delgado que tenía un porte elegante, como elegante siempre fue su juego; con un fino bigote y pelo rizado, negro azabache, que contrastaba con su rostro blanquecino. Corraliza siempre acariciaba con los dedos algunos de sus rizos mientras jugaba su partida.
De aquella época únicamente conservo esta otra imagen donde, en la solapa, aún figura el escudo del club Ajedrez Granja. Escudo que no he sabido conservar. Ni tampoco he podido localizar ninguna de sus partidas ni otras imágenes suyas. Han pasado demasiados años para intentar localizar alguna de ellas. Hace mucho tiempo que perdí el hilo de su familia y casi todos los amigos que tuvo también han fallecido. ¡Cuanta memoria perdida del conjunto de todos aquellos años!
Pero todo tiene un principio y un fin. Así pues, al comienzo de la temporada 1960/1961, el club ajedrez Granja se disolvió. No fue algo preconcebido. Fue realmente una fatalidad. El Ayuntamiento realizó un plan general de ordenación y la finca donde estaba el bar-granja debía ser derribada. Allí terminaron también unas cuantas ilusiones. De todas formas, y como sea que existía muy buena relación con el C. C. Sant Andreu, la mayoría de los componentes del Granja se sumaron a dicho club de la barriada, con lo que éste se reforzó considerablemente para posteriores temporadas, lo que materializó el ascenso a la división de honor, aún denominada Preferente. Una unión que el malogrado Rafael Corraliza hubiera bendecido y considerado lógica y oportuna.
1957 - Una imagen de aquella época
En aquella época yo era el más joven de todos ellos y podríamos decir que estaba empezando. Éramos muy amigos y en bastantes ocasiones le visitábamos y nos reuníamos en su casa de la calle San Hipólito, donde también se añadía Julio Picatoste, y nos comentaba nuestras partidas, ayudándonos en los análisis de las mismas y, al mismo tiempo, nos mostraba alguno de sus problemas compuestos. Pero su mejor amigo, amigo de verdad, fue el doctor Diego Velasco Castán, nuestro primer tablero, con quién conversó y le dio ánimos durante bastantes de los últimos años de su corta vida.
El Dr. Diego Velasco y Castán, su gran amigo
Primero de los escudos del C.C.P. San Andrés, uno de los dos clubs importantes en el San Andrés de aquella época
Escudo de la Joventut Escacs, el otro de los dos clubs importantes en el San Andrés de aquella época
Veamos algunos de los problemas que he podido encontrar…
Y también podríamos considerar que ésta es una pequeñísima parte de la Historia del Ajedrez. Una historia del ajedrez que también la conformaron todos aquellos pequeños aficionados, pero grandes de corazón, de ilusiones y de coraje, que con su dedicación fueron aumentando la estirpe de los compositores y jugadores españoles, unos con mayor acierto que otros, pero que siempre sumaron en el recuento final. Y hoy, con la remembranza hacia el amigo, he intentado recordar algunos de aquellos momentos pasados, algunos de aquellos pasajes que se van diluyendo con el paso de los años y que cada vez contribuyen más a que la memoria se quede en el diván de los olvidos.
Antes de terminar incluiré un par de imágenes de aquellos tiempos. La primera de ellas se trata de unas simultáneas para la que, debido a la gran cantidad de personas convocadas, debió habilitarse la sala del teatro del C. C. P. San Andrés. La otra, de 1956, jugándose una ronda del campeonato social.
Sala del Teatro del Casal Católico de San Andrés
Otra imagen de aquellos años cincuenta, en el C.C.P. de San Andrés
Joaquim Travesset
23 de enero de 2014
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada