Si esto lo dejara así faltaría a la realidad, puesto que ya en 1899, tal como quedó claro en el artículo anterior sobre Pere Riera i Riquer, comentaba las alabanzas que Josep Pin i Soler, a través de su excelente libro Problemes d’escachs d’autors catalans contemporanis, dejaba clara la condición de erudito de Brunet.
En unas notas en la revista l’Avenç, nº 23-24, de diciembre de 1893, se decía sobre Josep Brunet i Bellet:
”Era el único autor que publicaba en catalán obras históricas y arqueológicas de interés universal. Hombre de pocos prejuicios y de mucho estudio, iba derecho al grano, sin contemplaciones a autores ni a teorías. Las dos obras que forman este volumen -se refería a La Creu y Els monuments megalítics- son las más importantes dentro de la serie Erros historics”
Cabe también destacar que en la mencionada revista publicó Brunet bastantes artículos.
Veamos qué decía Fort en la fecha indicada sobre Josep Brunet i Bellet (He traducido del catalán, esperando haber conservado la esencia de su escrito):
“Cataluña honra hoy la memoria de esta gran personalidad, y personalidad única en la literatura catalana. El hombre de letras al dedicarse a producir sus obras en catalán requiere voluntad, amor a la patria, pero esta voluntad y este amor patrio, suben extraordinariamente de punto cuando se trata de producir obras de carácter científico tan particular como las que produjo el benemérito Brunet y Bellet.”
“Hed aquí el motivo principal por la que la muerte de Brunet y Bellet ha pasado casi desapercibida a nuestro pueblo, ocurrida hace poco más de un año sin que se le haya dedicado ni una sola fiesta ni un estudio, ni un artículo erudito, ya que solamente fue anunciada como se anuncia la desaparición de un mercero de la plaza de Santa María por esta prensa encargada de ilustrar al público, tutora que ignora las nobles obras de un literato eminente y desentraña las trapacerías de los malhechores, como si de éstos hubiera de aprender el pueblo que lee.”
“La vida de Brunet y Bellet es una de las más provechosas y más catalanas que se han producido en Cataluña. Su carácter de catalán práctico y activo apunta antes que nada. Nacido el 25 de marzo del año 1818, estudió las ciencias físico-químicas y lenguas en las aulas de la antigua Junta de Comercio -de Cataluña-, habiendo obtenido siempre las mejores notas y algunos premios. También estudió Humanidades en el Seminario Conciliar. Se dedicó al comercio, comenzando su carrera montando una pequeña hilatura de algodón, fabricando también cintas e hilos retorcidos, por cuales productos obtuvo primeros premios en las Exposiciones de los años 1842 y 1951.”
“Después montó en Cataluña la primera industria mecánica de tejidos de hilo y de lino, acreditándola en primera línea, no solamente en toda España, sino también en sus excolonias, ya que sus artículos han sido y son preferidos en todas las sedes similares.”
“Se retiró del negocio cuando tenía unos sesenta años para dedicarse más firmemente a los estudios históricos y arqueológicos y para formar una buena biblioteca de obras sobre dichas materias y sobre otras, entre las cuales hay unos cuarenta incunables de gran valor.”
“En aquella época comienza la serie de sus notables publicaciones, imposibles de analizar en un articulito de revista como el presente, toda vez que cada una de las cuales requeriría un extenso y profundo estudio en consonancia con lo positivo e incontrastable valor de la obra. La sola enumeración de éstas bastará para ofrecer al lector una idea que le ayudará a considerar la extensión de su tarea, así como el cúmulo de conocimientos que había atesorado para poder llevarla a cabo dignamente.”
“Ved aquí la lista completa y detallada de dichas obras:
“Vea el lector si es única en Cataluña la personalidad del señor Brunet y Bellet; vea si el hombre que en el estudio de tantas interesantes y diversas materias ha dedicado sus conocimientos y, no contento de dedicárselos, también destinó su fortuna para editarlos espléndidamente para honrar y enaltecer el nombre de Cataluña, no se merece la estima y admiración de todos, principalmente de los que estiman la patria y trabajan para dignificarla y elevarla al rango de los pueblos civilizados.”
“La gente de letras de nuestra generación está cometiendo, pues, una gran injusticia hacia esta personalidad ilustre; nuestro críticos y periodistas están ocupados y preocupados ahora en discutir los dramones y disparates de circunstancias y las novelas y artículos accidentales del compañero de redacción, pero las obras de Brunet y Bellet serán estudiadas seriamente años y más años, después de que hayan arrinconado para siempre estos dramas y novelas que hoy les preocupan y les apasionan. Cataluña, pues, que no interesa a casi nadie, sí sabe interesarse ella sola por estos grandes hombres.”
PERE FORT
Hasta aquí las notas de Pere Fort. Pero hay más sobre Brunet.
Este hombre polifacético, -empresario textil de éxito, bibliófilo, escritor, arqueólogo, autor de obras de divulgación cultural y poseedor de una biblioteca impresionante y admirada por el notario, folklorista y doctor en derecho Francesc de Sales Maspons i Labrós (*), de quién ya hablé dentro del artículo sobre Carles Bosch de la Trinxeria-, que ha sido y todavía es uno de los personajes sobresalientes de Cataluña, injustamente olvidado, quizás porque sus obras estaban escritas en catalán y pasaron bastante desapercibidas en España. Brunet fue el creador de la primera monografía sobre Asiria y Babilonia, escrita en catalán, Egipte, Assyria y Babilonia (Barcelona 1885), así como el fundador de la primera biblioteca asiriológica de Barcelona. Una muy buena semblanza de todo esto la podemos encontrar en un excelente artículo de Jordi Vidal en el que se detalla, además, el conjunto de sus obras. De dicho artículo he entresacado las siguientes líneas:
“De hecho, la mayor parte de las obras de Brunet tuvieron esa voluntad eminentemente divulgadora. Así lo reconocía el arquitecto y político catalán Lluís Domènech i Montaner, quien en una carta remitida a Brunet el 21 de octubre de1889, le agradecía el envío de uno de sus libros. Al tiempo, le reconocía lo útiles que podían resultar sus trabajos para divulgar a nivel escolar y popular los progresos más recientes en los distintos ámbitos del conocimiento histórico:”
(Y ahora traduzco del catalán parte de la carta)
“Le doy las gracias por el envío del nuevo tomo de su obra Erros historichs. Ya he leído una buena parte. Es admirable la copiosísima compilación de datos expuestos y es necesario que se lean un poco. No se puede figurar los disparates que en la materia se enseñan aún ex cáthedra en Institutos y Escuelas. Yo que lo aprecio de cerca (…) Hay quien explica Historia con teoría desde el principio de este siglo, a unos indios, árabes, chinos y otros pueblos remotos que parecen extraídos de un ballet de la comedia de Molière. Otros la dan por teorías sobrenaturales o sobre-materialistas, sin ningún tipo de prueba ni documentos… nada de positivo. Arrebatos de una obrita francesa indeterminada, hecha de cualquier manera…”
(*) Francesc de Sales Maspons i Labrós en una carta de 9 de noviembre de 1892 le dice, entre otras cosas, a Brunet:
“Tiene Ud. la buena fortuna de poseer una librería escogidísima y de poder adquirir desde luego las obras que le hagan falta sin mirar en su coste, cosas ambas no muy comunes en nuestros escritores. Y esto da a su obra verdadera novedad e interés y le permite salir de repeticiones de otros autores y tratar el asunto con datos no tratados ni conocidos.”
Es posible que los beneficios obtenidos en su etapa de empresario textil en su empresa Brunet i Serrat -cofundada con Josep Serrat i Borràs- fueran los que le permitieron formar esta biblioteca, admirada por Maspons, que contenía unos mil quinientos volúmenes, al margen de una buena cantidad de manuscritos e incunables importantes que se hallaban en su domicilio de Barcelona, en el Paseo de Gracia, 81, pral. (*)
(*) Pero si tenemos en cuenta la esquela que figura al final del artículo parece ser que el nº de su domicilio era el 27.
Francesc de Sales Maspons i Labrós
Dibujo del pintor Ramón Casas,
existente en el MNAC
(Foto: Wikipedia)
Josep Brunet i Labrós también estuvo implicado en los Juegos Florales de Barcelona. El siguiente recuadro es una prueba de ello. En el mismo podemos ver que ejercía de presidente el aludido Francesc Maspons y como mantenedor otro ilustre de las letras catalanas, Joan Maragall.
Y por lo que respecta al Ajedrez, ahora veremos una imagen de la portada de uno de sus libros, reeditado en 2005 por la Editorial Hispano Europea de la edición que vio la luz en Barcelona: l’Avenç 1889, o quizás 1890, como figura en el interior del libro, o bien en 1891, tal como consta en la portada de la primera edición. Un libro que aún se puede adquirir en la actualidad -no así aquel cuya portada figura después- y que merece la pena tenerlo. Brunet que, como puede suponerse por lo antedicho, siempre iba contra corriente de las opiniones generalizadas intentó, según mi criterio, establecer cual era la procedencia de los orígenes del Ajedrez, y el libro en cuestión le vino como anillo al dedo para hablar de ello. A pesar que quizás no se le conocen partidas jugadas, ni ningún tipo de composición ajedrecista, es un personaje que debe escribirse en mayúsculas en la Historia del Ajedrez Español.
“José Brunet y Bellet (Barcelona, 1818-1905) fue un empresario textil apasionado por la historia. Estudió física, química, comercio e idiomas (francés e inglés) en la Real Junta de Comercio de Cataluña y Humanidades en el Seminario Conciliar. Su empresa, Brunet y Serrat, fue una de las primeras en introducir los telares mecánicos en sus fábricas. Retirado de los negocios cuando contaba ya más de 60 años, comenzó a atesorar una valiosa biblioteca de incunables y obras de prehistoria, historia y arqueología y a publicar, a partir de la década de 1880, estudios sobre estas materias, que le valieron un gran prestigio como investigador. Su enorme curiosidad intelectual le llevó a interesarse por los temas más variopintos: los monumentos megalíticos, las monedas, los naipes, el vidrio, la imprenta, el grabado, etc. Esta es una de sus obras más célebres. En ella defiende a contracorriente el origen egipcio del juego rey frente a la visión tradicional, hoy ya sólidamente asentada, que lo sitúa en la India, y polemiza con los historiadores del ajedrez más prestigiosos de su tiempo. La presente edición reproduce la original publicada en 1890.”
Fresco de la tumba de la reina Nefertari
(Karnak: hacia 1250 a. de C.)
(Una de las imágenes que aparecen en la portada del libro)
Veamos en la siguiente imagen un vitral antiguo, de los pocos que se conocen de dos personajes jugando al ajedrez…
Brunet siempre fue una persona atrevida. Fue en aquella época el único autor que publicaba en catalán obras históricas y arqueológicas de interés general. Persona de muchos estudios y pocos prejuicios, en sus artículos iba siempre al grano, sin contemplaciones a autores ni a teorías y no dejaba indiferente a nadie.
Colaboró con sus artículos en diversas revistas catalanas como L’Avens -que más adelante pasó a denominarse L’Avenç-, L’Atlàntida, La Renaixença, La Publicidad, La Veu de Catalunya… -en estas revistas también solía colaborar la flor y nata de los escritores catalanes- y fueron bastantes los obsequios de su colección de libros y medallas a diversos centros, entre ellos el Museo-Biblioteca de Balaguer… Precisamente en una de estas revistas -l’Avenç- leí unos comentarios acerca del libro que estoy tratando y que creo que retrataban perfectamente al autor del mismo. Decían, más o menos, lo siguiente:
“Los libros de Brunet suelen tener un carácter muy propio. Temperamento demoledor, casi todos sus estudios se han dirigido a deshacer los muchos prejuicios históricos que están en boga sobre los pueblos de la antigüedad. Y para conseguirlo no se sirve de las verdaderas fuentes que suponen viajes y conocimiento de lenguas muertas, sino que todos sus argumentos nacen de los libros publicados sobre arqueología e historia, y los lanza valientemente sin salir de su biblioteca, notable en su especialidad. Firme en su manera de pensar, no respeta famas europeas ni sabios reconocidos. Si su estilo no fuera tan diluido y no repitiese tanto las argumentaciones a su favor, sus libros tendrían sin duda un valor revolucionario histórico de primera fuerza.”
“En este libro, diluido como los demás, trata de demostrar el origen egipcio del ajedrez, haciendo una excursión por todos los pueblos que tienen o han tenido relación con este juego importante. Mientras trata de probarlo, aprovecha la ocasión para rebajar la preponderancia histórica concedida a los pueblos indio y árabe, con los que, ciertamente, no simpatiza. Tienen para nosotros especial interés los capítulos en que se ocupa del juego en la Edad Media, por la gran cantidad de información entresacada de documentos e inventarios catalanes inéditos. Véase el testamento del conde Armengol, primer documento conocido de la Edad Media en donde se habla de ajedrez; la probabilidad de que el célebre Jaume Cassulis (Gazull?) fuera catalán; el estudio del juego procedente de Ager, etc., etc.”
La imagen que sigue, encontrada en la revista Occitània, es la misma que figura al comienzo de este artículo. En dicha revista, su director Joseph Aladern, hace una memoria sobre la muerte de Brunet, muy parecida a la comentada de Pere Fort, por no decir calcada.
Veamos ahora el prólogo con que el propio Brunet iniciaba su libro en la versión de 1891. Una edición interesantísima, con cantidad de grabados, notas, así como una grandísima profusión de datos y con una relación exhaustiva de todos los lugares donde se practicaba el ajedrez, a pesar de que el propio autor indica -como veremos más abajo en una copia del prólogo- que la tarea emprendida la tomó como un pasatiempo, sin ningún tipo de pretensión y con el único objetivo de que su aportación pudiera suponer de ayuda, en el futuro, para quiénes quisieran ocuparse de esta clase de estudios. Yo pienso que si esto era un pasatiempo, dicho pasatiempo tuvo que entretenerle durante años (*), puesto que el trabajo es inmenso y una obra de esta envergadura no está al alcance de cualquiera. Y más si nos remitimos a aquellos años en que fue escrita, con escasos medios, si lo comparamos con los que disponemos en la actualidad. Ahora me doy perfecta cuenta de que el calificativo de erudito que Josep Pin i Soler daba a Brunet estaba plenamente justificado. Esta obra es colosal. Es una suerte, como he dicho anteriormente, que aún se pueda encontrar la reedición del 2005.
(*) Si el libro fue editado en 1891 y la introducción que sigue está fechada el 28 de septiembre de 1886, es de lógica que pasara mucho tiempo hasta que el libro viera la luz, bien para realizar las correcciones oportunas, bien para preparar la propia impresión.
Y ahora podemos ver las páginas 85 y 87, completas, de dicha edición, dentro del capítulo IX: El ajedrez en Egipto, donde Brunet sostiene que el ajedrez fue practicado en Egipto antes que en la India.
Y en la página 289 podemos encontrar algunas figuras
Observemos ahora un fragmento de la página 391 y las páginas 393 y 397 completas…
He anotado solamente algunas de las interesantes páginas del libro, que creo suficientes para que el lector se dé perfecta cuenta de que en la considerable extensión del mismo existe información que debe leerse con atención… y mucha paciencia.
Otra de sus “obras” relacionadas con el ajedrez es la traducción del latín al catalán del libro del fraile dominico Jacme Cessulis o Jacobus de Cessulis (o bien una serie larga de nombres derivados, como Cassulis, Cesolis, Cassalis, Cesole, Cessalis… como también su nombre, Giacobo, Jacques, Iacobus, Jacob, Jakob von, Jaume, Jakub…, que son utilizados indistintamente). El título de la mencionada obra en latín es De moribus hominum et de officiis nobilium super ludum Scacchorumus, que traducido al catalán sería De les costumes dels homens e dels oficis dels nobles, sobre el Joch dels Escachs.
En el libro Nuevo ensayo de bibliografía española de ajedrez 1238-1938 (NEBEA) -otra de las obras interesantísimas que no podemos dejar escapar- existen alusiones a este libro, así como una muy documentada información sobre el mismo que recomiendo a todos aquellos aficionados a la historia; también se hace constar una edición crítica de una de las traducciones catalanas medievales, en la tesis doctoral de Alexander Bataller Català, Universidad de Valencia, Facultad de Filología, Valencia 2001. Precisamente de dicha tesis doctoral, que podemos encontrar en este enlace, es posible hallar, a partir de la página 83, un detallado análisis sobre este personaje, con una posible ascendencia catalana. Este detalle ya había quedado patente en la obra de Brunet, donde expone la posibilidad que el célebre dominico fuese catalán y Jaume Gasull su nombre. Resulta un tanto extraño que Brunet, siempre intentando ahondar en todos y cualesquiera de los temas que trató en sus libros, no siguiera el rastro y profundizara sobre esta suposición.
En uno de los párrafos de la tesis de Bataller, que traduciré del catalán, dice lo siguiente:
“Dentro de nuestro ámbito cultural nos encontramos con la hipótesis –“Un futile attempt” por Murray (1913 p539)- del padre Brunet (1890 p280 a 297), el cual defiende un posible origen catalán para Cèssulis. Basándose en Bofarull, quien cree que el nombre vulgar del autor del manuscrito de Girona es Jaume Gasull, Brunet utiliza argumentos diversos para atribuirle dicha procedencia. Estos van desde el posible origen catalán de la vestimenta de las figuras del juego de la edición de Caxton, hasta el comentario de Torres Amat que hace el supuesto Gazull natural de Barcelona. Pero es, en todo caso, la “cuestión de nombres” aquello que hace caer al escritor y bibliófilo barcelonés en tantos errores:”
Y en este punto Bataller cita una parte del texto de la página 292 del libro El Ajedrez… de Josep Brunet i Bellet, que podéis ver en el recuadro de la página completa que sigue…
El dominico Jacobus de Cessulis
en un ms. alemán de 1413
(Cod. Guelf. 25 Aug. 4º. Herzog
August Bibliothek Wolfenbüttel)
Continuando con el relato de Bataller, donde por cierto inserta el dibujo que vemos más arriba, destaca que en la Gran Enciclopèdia Catalana y dentro de la voz “escac”, se habla de un dominico barcelonés nombrado Jaume de Cessoles, en unos textos de Jordi Puig i Laborda -árbitro internacional de la FIDE- y Jordi Teixidor i Omedes, que me permito copiar, enmarcada…
Y añade Bataller:
“Francesc Fité, en su estudio sobre el lote de piezas de ajedrez del museo diocesano de Lleida, es víctima también de esta confusión. (Fité, 1984). La hipótesis del origen francés se remonta a Laurent Pignon, autor de un catálogo de escritores dominicos escrito en el siglo XVI, donde cualquiera puede leer lo siguiente: "Fr. Ioannes de Teryace, de conventu Remensis, fecit moralitates super ludum scacorum". Más adelante, los bibliógrafos Quétif y Echard (1719) aprovechan esta referencia para suponer "Jacques" originario de "Tierache" e hijo del convento de Reims…”
En algunos otros medios, figura Cessulis como oriundo de una pequeña villa de Cessoli. Evidentemente no voy a ser yo quién rebata esta teoría, ni siquiera está en mi mente hacerlo, -tampoco es éste el objeto de este pequeño artículo-, pero sí debo decir que en cierta ocasión leí que Cessulis, hacia 1290, era maestro de la sagrada teología de un convento de Reims y que había nacido en Teriace, en la Galia y que posteriormente residió en el convento mayor de Génova, en los años 1317 al 1322.
A finales del siglo XIII y primeros del XIV, se dio a conocer por sus dotes en la escritura de diversas obras, de las que la más leída parece ser que fue la aludida, aunque ha llegado a nuestros días como una de las obras no demasiado conocidas de la bibliografía ajedrecista catalana. Se cree que fue escrita entre los años 1300 a 1330 en latín. Quizás todo ello fue debido a un tiraje reducido y también a la poca divulgación que pudiera haberse hecho de la misma. Si tenemos en cuenta que comprar un libro por aquellos inicios del mil novecientos estaba al alcance de muy poca gente, que los medios de difusión no eran como los que tenemos en la actualidad y que tanto los eruditos como los aficionados tampoco ponían demasiada atención en quién escribía, prologaba o editaba el libro, éstas podían ser algunas posibles causas o explicaciones. De todo ello podemos darnos cuenta en la siguiente imagen. La obra de Cessulis, no obstante, no es propiamente una obra de ajedrez; éstos únicamente están como término de comparación. La obra de Cessulis es una obra de moral, y bajo este punto de vista la escribió, como él mismo lo demuestra, ordenando que tuviera por título Costums dels homes i oficis dels nobles, por lo cual no es de extrañar que no se encuentren traducciones manuscritas del libro de Cessulis en castellano, porque poca importancia podían darle los españoles, que ya conocían el juego hasta su grado más alto, como lo demuestra el libro de Don Alfonso X el Sabio, escrito casi al mismo tiempo que el de Cessulis, y en el que se encuentran diversos problemas, que son la poesía del juego del ajedrez. Brunet indica, además, que los libros más antiguos sobre este juego se encontraban en Cataluña. Podemos ver su nota en el recuadro que sigue…
Veamos la introducción con que Josep Brunet comenzaba el libro…
El libro que su promotor, Brunet, cuidó que fuera traducido con todo lujo de detalles, vio la luz el 15 de junio de 1900 en Barcelona, a manos de Massó, Casas, Capó y Cía., en Cdta., en la ronda Universidad, tipografía l’Avenç. Como curiosidad diré que en cierta ocasión leí un escrito -que conservo- del fallecido editor y amigo Ramón Crusi Moré, epd, en el que decía que el precio fue de 16 pesetas, posiblemente una fortuna para la época. que Brunet promovió su traducción al catalán…
El libro del que ahora hablamos, cuya traducción al catalán promovió Brunet, estaba impreso en letra gótica, a dos tintas -como vemos en la imagen anterior- y en papel hilo, con un total de 150 páginas y aseguraba que, para confeccionar el tratado, se sirvió de la consulta de uno de los manuscritos originales que estaba en Madrid -no especifica el lugar- porque era el que estaba en mejor estado de conservación que los otros cuatro existentes en Barcelona, Girona, Sant Cugat del Vallés y Roma. Añadía que los magníficos grabados que acompañaban al texto fueron extraídos de unos facsímiles que hizo Vincent Figgins en 1885, en Londres, terminando diciendo que en 1902 se hizo una nueva edición en Barcelona, basado en el manuscrito de la Catedral de Girona, que fue transcrito por Manuel de Bofarull. Esta última edición constaba de 119 páginas y tuvo un tiraje de 200 ejemplares, al precio de tres pesetas y a seis pesetas los impresos en papel de hilo. Pero también existe una versión, la primera publicada en España -Valladolid-, en 1549, con el título de El juego del ajedrez o dechado de fortuna. Pero algunas de estas consideraciones las podemos ver en las páginas 10 y 11, que forman parte de la introducción del libro de Brunet…
La siguiente imagen corresponde al editor de la versión inglesa, William Caxton. Caxton cuya fecha de nacimiento se desconoce -entre 1415 y 1422-, falleció en 1492. Hizo un poco de todo: mercader, diplomático, escritor e impresor. Fue él quien instaló la primera imprenta en Inglaterra. Pero el libro que nos ocupa parece ser que fue impreso en Brujas, a donde se había trasladado, una de sus residencias itinerantes; otras fueron entre Flandes, Países Bajos y Alemania. Y fue precisamente en este último país -Colonia- donde aprendió el arte de la impresión. Vincent Figgins (1766/1844), del que se habla al final de la introducción anterior, estableció su propia fábrica de fundición de tipos de imprenta y sus diversos e innovadores diseños tipográficos gozaron de una gran reputación.
Y en la siguiente imagen podemos ver una versión de una edición italiana de 1829…
Antes de terminar ruego que me perdonéis por los errores que haya podido cometer. También debo pedir indulgencia por haber tomado algunos pasajes de la excelente tesis de Alexandre Bataller Català, esperando que sepa disculpar este atrevimiento. Y mi agradecimiento a Sergi Picatoste por las facilidades que me ha dado para obtener información de los libros aludidos, así como copia de algunas de sus páginas.
Y, por último, indicar que la fecha de defunción de Josep Brunet i Bellet la he hallado en el ejemplar de La Veu de Catalunya, del 17 de enero de 1905, edición de la tarde. Y en la edición de la mañana, del día siguiente, 18, existe un largo artículo en el cual se lee que falleció el día anterior. Podemos ver ambas cosas en las siguientes imágenes…
Artículo sobre Josep Brunet i Bellet
La Veu de Catalunya, 18 de enero de 1905
(Edición de la mañana)
El amigo Sergi Picatoste me ha pasado tres portadas de otros tantos libros de Josep Brunet i Bellet así como una contraportada donde figuran algunos de los títulos editados por el personaje en cuestión. También figura el precio de venta de cada una de las obras; si nos atenemos a la época en que fueron publicados deberíamos considerar que no se trata de un precio económico y, por tanto, quizás solamente al alcance de las personas bien situadas económicamente. También me ha enviado recientemente una nueva imagen de Josep Brunet i Bellet, que figura en la página 464 del primer volumen del Diccionari Enciclopèdic de la Llenga Catalana, Salvat-1934.
Joaquim Travesset
24 de abril de 2014
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