La imagen que acabamos de ver nunca la había visto antes. Intentando buscar diferente información en todo tipo de revistas y periódicos sobre la vida de José María Baquero, del cual ya hablé en dos de los últimos artículos, encontré la foto por auténtica casualidad, en la Ilustració Catalana de 21 de mayo de 1916, en un pequeño artículo donde se daba cuenta de su fallecimiento. Por tanto, he creído de interés que figure al inicio de esta breve semblanza del personaje.
Quizás la fotografía que más se conoce de Tolosa es la que veréis a continuación… y es posible que dicha imagen sea una de las pocas que se han publicado y que ha venido acompañando durante tantos y tantos años los artículos que sobre Tolosa se han realizado hasta el presente.
Podríamos conceptuar al Dr. José Tolosa y Carreras como uno de los patriarcas del ajedrez catalán. Oriundo de una antigua familia genuinamente catalana -gerundense-; a los doce años ingresó en el colegio de las Escuelas Pías de Barcelona. Más tarde, el 21 de junio de 1869, y en la Universidad de Barcelona, se graduó de Licenciado en la Facultad de Medicina y Cirugía; aunque con notable aprovechamiento, ejerció pocos años la medicina, tal como lo consigna el Dr. Josep Pascual y Prats…
…en el tomo decimosexto, Año XVII, Número V, de mayo de 1892, de la Revista de Gerona, órgano de la Asociación Literaria de la misma ciudad, en el que indica que la posición económica y desahogada de su familia le permitieron dedicarse a su gran afición: el ajedrez y aparcar así la medicina. A raíz de la publicación en 1892 en París de su libro Traité analytique du Problème d’Échecs, completado con una exposición de todos los géneros de problemas, algunas reflexiones críticas sobre los concursos y una compilación de problemas de autores españoles, la edición de cuyo libro se ocupó nuestro ya conocido Numa Preti, el doctor Josep Pascual Prats decía más o menos lo siguiente de José Tolosa en el artículo publicado en la citada revista…
“Fue por mucho tiempo un diletanti y campeón de Liceístas, cuando los aficionados al bel canto y a la música en Barcelona estaban divididos entre Liceístas y Cruzados (1866/67). Poco a poco fue aficionándose al deporte del ajedrez, juego en consonancia con su temperamento, habiendo llegado como el más flemático de los sajones a apasionarse de este juego.”
“A no ser por su barba negra y mirada centelleante, creeríase, al ver a Tolosa delante del tablero de ajedrez, a un cachazudo alemán, meditando un grave asunto filosófico, pero Tolosa no puede reprimir en su fisonomía el gesto que indica a su contrario la mala jugada hecha o la sonrisa de satisfacción que señala el golpe final de un mate.”
“El más entusiasta arqueólogo al encontrar la cifra o signo que revela la autenticidad y procedencia de un objeto no clasificado, el artista que halla el color exacto o el matiz que busca para animar el cuadro, el músico que logra combinar una serie de notas produciendo melodiosa harmonía, no experimentan satisfacción más viva que la de Tolosa al pronunciar ja la tinc, -ya la he hallado-, refiriéndose a la solución exacta de un problema de Ajedrez de los propuestos en las varias Revistas que recibe.”
“La penetración que revela el resolver los problemas le ha dado tal fama, que entre los verdaderos aficionados, es tenido por autoridad incontestable y ha sido necesario que los franceses hayan reconocido en Tolosa Carreras a un Maestro, para que en España se le conociese el mérito; hoy día, Tolosa ha sido nombrado Director con poder absoluto de la sección de Ajedrez de la Revista de Sport, que con el título El Campo se publica en Madrid.”
“Su afición al Ajedrez le ha hecho bibliógrafo, coleccionando libros y revistas que tratan de tan antiguo juego, habiendo llegado a poseer más de cien volúmenes.”
“La obra que es objeto de la presente reseña, está juzgada, con decir, que uno de los más afamados jugadores franceses -Ernest Bertrands, en la revista parisiense de Ajedrez titulada La Stratégie, Octubre de 1891- ha dicho de ella «que la sabiduría y la imparcialidad han guiado la pluma del escritor; todo lo que escribe es cierto, señala los abusos y les aplica el remedio. Si alguno está encargado de ser Juez en un partido de Ajedrez, es necesario que se impregne bien de la letra y espíritu de las brillantes páginas del Dr. Tolosa Carreras», terminando el artículo con el siguiente párrafo… «El Dr. Tolosa ha contribuido a dotar a la literatura francesa de Ajedrez de una obra imperecedera».”
“El libro de Tolosa no es un tratado didáctico, es la quinta esencia del juego: no es un libro para los que quieren aprender a jugar, es la obra de consulta del ajedrecista consumado: para dar una idea de su contenido nos bastaría dar a conocer los títulos de los principales capítulos en que se halla dividida la obra; para analizarla a fondo no tenemos suficientes conocimientos, pero sí diremos que después de haber recorrido las páginas del libro, nos convencimos de que lo que creímos ser un capricho del azar, está sujeto a reglas fijas y que Tolosa ha escrito de éstas lo suficiente para convencer al más incrédulo.”
“Tolosa estudia sucesivamente: Las cualidades y condiciones del problema. Su originalidad, la dificultad, la variedad y la corrección. Las escuelas o sistemas de construcción del problema tratando del empleo general y especial de cada una de las piezas y procedimientos prácticos de construcción. La solución del problema con las probabilidades de obtener el mate por ataque o por sitio. En el apéndice estudia los problemas inversos, los de soluciones múltiples, varias composiciones fantásticas y otras que él llama humorísticas, terminando la obra, con un proyecto de Reglamento para los certámenes y Asociación Internacional de Problemistas.”
“Tolosa, al desarrollar los múltiples temas propuestos en su obra, sale airoso en su cometido, pues a pesar de lo abstracto de muchos de ellos, con estilo ameno y la mayor naturalidad lleva al lector la convicción de que ha comprendido lo expuesto.”
“Tolosa no es un ciego apasionado del Ajedrez y el concepto que dicho juego le merece está claramente expuesto en el párrafo que literalmente vamos a traducir: «Estamos convencidos, a pesar de lo que se ha escrito y de lo que se dice por muchos, de que el Juego del Ajedrez será siempre un arte, una inspiración más que una ciencia, sin traspasar jamás los límites de un agradable pasatiempo. Creemos que su estudio debería exigirse en las escuelas como elemento moralizador y para habituar a los jóvenes a reflexionar, pues de esto a concederle los honores científicos hay un abismo que no se llenará por mucho que se acumulen opiniones y por miles de páginas que se escriban».”
(Algo así estamos diciendo cuando han pasado más de cien años de dicho escrito y, por lo que se ve, todo sigue igual que antes).
“Terminaremos esta bibliografía con una frase de un entusiasta ajedrecista catalán, quién decía que Tolosa ha dado con su obra (contra el parecer de los sajones) una prueba de que en los pueblos de raza latina había quien podía escribir un análisis del ajedrez.”
JOSÉ PASCUAL Y PRATS
Poca cosa podré añadir que no haya citado el Dr. Pascual. Tolosa fue alumno de Joan Carbó y Batlle, con quién compartió numerosas horas de colaboración para su revista, dedicándose especialmente a la composición a partir de 1872. Y, a su vez, tanto Paluzíe como Marín, podían considerarse como sus discípulos. Tuvo a su cargo la sección de problemas de El Campo, de Madrid, ABC des échecs, de Preti, y Ruy López, de Capó.
También actuó como Juez en diversos torneos, algunas veces acompañado de Joan Carbó y otras de Valentín Marín. Sus artículos diversos y continuados eran una constante en las revistas Teoría y práctica del Ajedrez, La Ilustración, Ruy López, La Ilustración Artística, así como en los boletines del Sportsmen’s Club. En definitiva, una fuente inacabable de ideas. Tolosa se movía con frecuencia en los diversos círculos donde se jugaba al ajedrez. En aquella época eran los cafés, como ya ha quedado clarificado en artículos anteriores, donde se celebraban todo tipo de tertulias y partidas. En ambos casos, Tolosa era uno de los que no acostumbraba a faltar. Sus composiciones de problemas fueron algo más de un centenar y medio. Todos los que he podido reunir figuran en el pgn adjunto.
El siguiente problema, un mate en 4 jugadas, no es fácil de resolver. Os emplazo a intentar encontrar las jugadas idóneas antes de ver la solución debajo del diagrama.
Tolosa y Carreras, José (Girona) - B+ (Mate en 4 jugadas)
La Ilustración, 1883
1.Tf5 e5
[1...e6 2.Te5 Rxe5 (2...dxe5 3.Ac5+ Rxd5 4.Ae4# ) 3.Ag7+ Rxd5 4.Ae4# ]
2.Tf6 e4 3.Tf5 exf3 4.Ag7#
La Ilustración, 1883
1.Tf5 e5
[1...e6 2.Te5 Rxe5 (2...dxe5 3.Ac5+ Rxd5 4.Ae4# ) 3.Ag7+ Rxd5 4.Ae4# ]
2.Tf6 e4 3.Tf5 exf3 4.Ag7#
En un artículo anterior, decía lo siguiente sobre los lugares -cafés- donde había actividad ajedrecista:
“…Pero no sería de justicia decir que El Café de la Sala Imperio fue el principio de todas las cosas. Ya con anterioridad habían destacado en diversos puntos de España otros acontecimientos que hacían referencia al ajedrez. A los innumerables problemas de mate que iban apareciendo con regularidad en multitud de revistas españolas, gracias al ingenio de Valentín Marín, José Tolosa y otros valientes, se sumaron más personas. En el año 1860, diversos aficionados fundaron un Círculo que se estableció en el Café del Recreo, en la calle Escudillers. El Diario de Barcelona (27/8/1860) decía que era posible que aquella sociedad fuera la primera de esta clase en España. Entre sus socios se contaban fuertes jugadores: Hilarión Soler Alomá, Eusebio Riu Canal, Carles Bosch de la Trinxería, (*) -un buen amigo de Tolosa- Juan Carbó y Batlle (Tarragona 1837-Barcelona 1902). En 1862 Soler y Riu editaron una revista mensual: El Ajedrez, que únicamente aguantó trece números. Y en 1864 Juan Carbó -un buen compositor de problemas- ganó un torneo local.
(*) Carles Bosch de la Trinxería, (Prats de Molló-1831 / La Jonquera-1897), fue un buen amigo de Tolosa y, al margen de un magnífico escritor, también fue un gran aficionado al problema, habiendo compuesto una buena cantidad de ellos. En cierta ocasión le escribió una carta a Josep Tolosa, cuyo fragmento hemos tomado del libro 75 Anys d’Història 1925-2000, editado por la Federació Catalana d’Escacs y que, traducido, decía más o menos lo siguiente:
«…en vista del entusiasmo de tantos ajedrecistas, hemos resuelto, entre Soler, Riu, Carbó y algunos otros, constituir un Círculo de Ajedrez., idea que fue aplaudida por todos. Llevamos nuestro Círculo al segundo piso del Café del Liceo. Al principio todo fue muy bien. Se jugaron matchs y, Dios me perdone, partidas sin ver el tablero, a lo Kolisch, Anderssen, Morphy… todo el mundo componía problemas. Estábamos suscritos al Philidor, al Palamède, a la Nouvelle Régence, al Ilustrated London News… Estábamos en correspondencia con la mayor parte de los Círculos de Europa. Poseíamos los estudios de Labourdonnais, del abad Durant, de los gambitos…»
A los pocos años se disolvió el Círculo y los aficionados comenzaron a dar vueltas, de un café a otro, hasta que en 1877 constituyeron una nueva sociedad, situada en la Plaza Real nº 10. En ella empezó a despuntar José María Baquero Vidal (Barcelona 1861-Madrid 1905); un jugador de gran empuje que brilló notablemente y que le consideraban de la talla de los Valdespino, Golmayo y Martínez Carvajal. Además de Baquero se distinguieron José Tolosa, el olotino Esteban Estorch y Paulí, destacada figura y excelente finalista, el portorriqueño Félix Escuté, el alicantino Enrique Dodero Aracil…
Fue precisamente Juan Carbó quien, empeñado en divulgar el problema, no cejó hasta que Miguel López del Rincón y José Tolosa Carreras se apasionaran por él, hasta que el discípulo aventajó al maestro que, más adelante, editaría en París, 1892, su Traité analytique du problème d’échecs, una obra importante.”
Un libro del cual podemos ver algunas de sus páginas…
Veamos ahora algunos de los problemas que contiene el libro. Para ello he escogido seis de la página 412, todos ellos de españoles…
Años después el nuevo Círculo también se disolvió, volviendo a las andanzas, hasta que en 1891 se cobijaron en el Café Inglés, en la calle Fernando, -y también, de forma esporádica en las tertulias del Café Munich, en la Plaza de Cataluña- donde se incorporaron dos novicios: Valentín Marín Llovet y Juan Capó González. El primero fue el gran problemista español y el segundo el editor de la revista Ruy López (de 1896 a 1899).
Un tiempo antes, en Madrid, había aparecido la Revista Internacional de Ajedrez (1895/1896), de Manuel Márquez Sterling… y en La Habana, el 15/10/1891, El Pablo Morphy, de Andrés Clemente Vázquez, de quiénes ya hablé en el anterior artículo.
Además de su facilidad para escribir toda clase de comentarios e incidencias sobre los actos que se fueron desarrollando en aquella época, como ya hemos visto en los realizados sobre la muerte de Baquero, poseía una gran facilidad para competir en partida viva y, sobre todo, para la composición de problemas de ajedrez. Aún cuando Joan Carbó le precedió, podríamos decir que fue el primero de los grandes problemistas españoles. Luego vinieron Valentín Marín, José Paluzíe, Esteve Puig i Puig, Francisco Novejarque, Julio Peris Pardo, Antonio F. Argüelles, José Mandil, Jordi Breu, Francisco Salazar, Estanislao Puig Ambrós, Carlos R. Lafora, Francesc Armengol, Rafael Candela Sanz, Joaquín Pérez de Arriaga… y otros a los que mi memoria en estos momentos no hace justicia…
…entre una estirpe considerable de buenos compositores que sería largo de comentar, cabe señalar que en la actualidad aún nos quedan algunos insignes creadores de aquella época, entre los que, sería un pecado omitir, está el asturiano Efrén Petite quién, en estos momentos, quizás sea el más prolífico de los compositores españoles de todos los tiempos.
Y no he tenido en cuenta al gran Henri Rinck, quién a pesar de que constituyó uno de los pilares del ajedrez en España, su ascendencia francesa me ha privado de incluirlo entre los grandes compositores españoles, a pesar que una gran mayoría de sus estudios los compuso aquí.
Tolosa, que poseía una buena biblioteca de libros de ajedrez, según leí en alguna ocasión, y que a su fallecimiento la heredó José Paluzíe y Lucena, dejó otros verdaderos herederos de su escuela, o de su iniciativa; algunos de ellos los tenemos en la muestra de los catorce maestros cuya imagen figura más arriba.
Pero, ¿qué puedo decir yo de Tolosa que no se haya dicho antes? Prefiero que consten aquí los comentarios de aquella época, que siempre tendrán una mayor y mejor veracidad que los que yo pudiera hacer sobre un personaje que falleció hace casi un centenar de años.
De esta manera, resulta muy interesante el artículo que publicó Manuel Márquez Sterling en abril de 1896, en su Revista Internacional de Ajedrez. Aunque el artículo era extenso y he procurado extraer del mismo aquellas cosas más sugerentes, no deja de ser dilatado. Es posible que en el mismo coincidan detalles que ya figuran en el artículo que hemos visto del Dr. Josep Pascual Prats que, en definitiva, vendrían a rubricar la personalidad de Tolosa.
“La decidida afición que siente el Sr. Tolosa hacia todo cuanto al ajedrez se refiere, data de larga fecha, pues según manifiesta el eximio problemista austríaco Johann Berger en su Anuario ajedrecístico correspondiente al año 1892, nuestro biografiado fue ya colaborador de la Revista titulada: Teoría y práctica del Ajedrez, -publicada en Barcelona bajo la Dirección de D. Juan Carbó durante el año 1867-. La sobredicha afición no se limita únicamente a estudiar, construir y resolver los problemas de ajedrez, sino que abarca y se extiende, asimismo, al cultivo cotidiano de la Partida, habiendo llegado a jugar también y a la vez dos y tres de ellas a la ciega, o mejor dicho, de memoria (1).
(1) Véase la obra titulada; Psychologie des grands calculateurs et joueurs d’Échecs par Alfred Binet, Directeur adjoint du Laboratoire de psycologie-physiologique des Hautes Études á la Sorbonne. París. Librairie Hachette et Compagnie, 1894.
En la obra cuyo título indica la adjunta nota del texto, hállanse trascritos algunos párrafos de las cartas que dirigió nuestro amigo al Sr. Binet, el cual dice (pág. 262 de la mentada obra):
«M. Tolosa y Carreras, un de ceux qui m'out le mieux fait comprendre la complexité de la question, insiste aussi sur la part de l'erudition et de l'exercice dans le jeu sans voir.»
Las trascritas frases honran muchísimo al ajedrecista español, sobre todo atendiendo al número y calidad de los eminentes maestros del Tablero que respondieron al llamamiento que les hizo, expresamente el distinguido psicólogo francés, con el objeto de investigar y definir las diversas suertes de memoria y elementos psíquicos que han de ponerse en servicio activo para jugar al ajedrez sin ver el Tablero, esto es, a la ciega.
Nuestro protagonista es, empero, poco conocido como adalid de la Partida, gozando, en cambio, de reputación universal como tratadista y compositor de problemas sobre los cuales escribió una obra intitulada Traité analytique du probleme d´Echecs. Tal vez habrá quien note la chocante particularidad de que esa obra haya visto la primera luz en París, impresa en un idioma que no es el propio de su autor. Este explica, en parte, la singularidad del hecho en El Campo, de Madrid, correspondiente al 16 de Febrero de 1892, diciendo:
«Circunstancias que no son del caso referir, me obligaron a escribir y publicar en francés mi modesta obra, fruto de los constantes estudios analíticos sobre el problema de ajedrez, que he hecho en los ratos de ocio. Huelga el decir que agradezco en el alma la honrosa distinción que me ha hecho el Director de La Stratégie de París, al editar a su cuenta y riesgo mi Tratado, pero conste que mis más vivos deseos hubieran sido publicarlo en España y verlo impreso en la majestuosa y sonora habla castellana.»
Sea eso lo que fuere, el caso es que la obra de nuestro compañero en el arte de Ruy-López la consideramos como la más completa de cuantas se han publicado hasta la fecha, y que tuvo una espléndida acogida entre los ajedrecistas extranjeros. Los juicios críticos escogidos al azar e insertos a continuación, demuestran la verdad de nuestras afirmaciones.
«Como a utilidad práctica para instruir al novel problemista, este libro (Traité analytique) es el mejor que hemos leído hasta ahora. En esos últimos años se han publicado algunas obras que han puesto de relieve el arte, casi desconocido hasta entonces, referente a la construcción del Problema; alguna de esas obras tiene un gran valor, pero ninguna es tan completa, tan bien expuesta, ni tan práctica como la debida al Sr. Tolosa.
Como elemento instructivo a la par que ameno, nada mejor podemos recomendar a quienes son aficionados al cultivo del ajedrez, sean jugadores, sean problemistas. Las admirables invenciones de los compositores, las inagotables y fascinadoras combinaciones propias del Rey de los juegos, las instrucciones prácticas sobre las posiciones posibles, están expuestas, en esa obra, como jamás lo han sido en ninguna otra.»
(Del Birmingham Weekly Mercury, 5 de Diciembre de 1891.)
«No conocemos ningún otro Tratado sobre el arte de los problemas, publicado en lengua francesa... La obra a la cual nos referimos, tiene, además un valor intrínseco tan señalado de superar en mérito varias de las obras similares publicadas en otros países. Bien se puede afirmar que su utilidad, no limitándose al país en donde fue estampada, se extenderá entre las otras naciones en las cuales el ajedrez goza de ubérrima vida... El resumen que hemos hecho de la obra del Sr. Tolosa bastará a demostrar su alta importancia. Rica de mucha materia es, por así decirlo, un manantial abundante en el cual pueden extinguir la sed, con mucho provecho y divertimiento, los adeptos del problema... Todo visto y considerado, la obra del Sr. Tolosa Carreras es una fortuna para aquellos que, no conociendo las lenguas alemana e inglesa se han afanado hasta ahora en poder consultar un Tratado que se ocupe exclusivamente del arte de los problemas y agote la genial materia bajo todos sus aspectos.»
(De la Nuova Rivista degli Scacchi. Enero de 1892.)
Johann N.Berger, uno de los más acérrimos e intransigentes apóstoles de la llamada «Escuela de construcción alemana», perspicuo problemista y profesor de matemáticas de Graz (Austria), ha dicho:
«Los análisis serios sobre determinada materia conducen poco a poco y en todo lugar a los mismos e idénticos resultados; convenzámonos, una vez más, que los estudios e indagaciones profundas son siempre útiles en todas partes; con la más viva simpatía expresamos al Sr. Tolosa el interés que nos inspira su Tratado. ¡Ojalá pueda éste llamar la atención general así como también las obras alemanas que tratan de la misma materia! No solamente las leyes del Arte, a fin que éste no degenere en puerilidad y aspiremos a perfeccionarlo. »
Otros juicios críticos podríamos trascribir tan insinuantes como los precedentes. Sólo haremos notar que han sido emitidos por diversas entidades ajedrecistas que se complacieron en publicarlas en periódicos especiales, políticos e ilustrados del extranjero; en cambio, si exceptuamos a la Revista Literaria de Gerona, no conocemos ninguna otra publicación de la Península que se haya ocupado de la obra a que nos referimos ni que siquiera haya dado noticia de su aparición en el mundo del ajedrez. ¡Cuán cierto es que nadie es profeta en su patria! Merece también ser leído otro trabajo analítico del mismo autor, inserto en el «A. B. C. des Échecs» de Numa Preti (París, 1895), obra altamente instructiva.
Es digna de mención la campaña ajedrecista del Sr. Tolosa, hecha en la Revista de Sport que con el título de El Campo se publicó en Madrid bajo la dirección de D. Julián Settier (1892). La notable sección de Ajedrez de aquel periódico, fue redactada exclusivamente por la pluma del que motiva estas líneas, siendo dignos de llamar la atención los extensos artículos que en ella aparecieron intitulados El Mundo del Ajedrez; Match Steinitz-Chigorin; Comentarios sobre una partida jugada por M. Bird contra M. Mason; La Partida y el Problema; Partidas por correspondencia, y otros trabajos muy apropiados al caso, y relativos a diversos puntos referentes a nuestro imperecedero juego.
Debemos también consignar que, el publicista objeto de esta biografía, fue Director de la sección de Ajedrez inserta en la Ilustración Catalana; que el centenar y pico de problemas que ha compuesto, han sido publicados y reproducidos en diversos periódicos nacionales y extranjeros en los cuales figura como colaborador, y que es, también, el encargado de escoger los problemas estampados en la Revista ilustrada que ve la luz pública en esta ciudad con el título de Blanco y Negro. Tales son, en substancia, los méritos que puede ostentar con orgullo, nuestro buen amigo el Sr. Tolosa, méritos que nos complacemos en hacerlos resaltar en estas páginas, destinadas a enaltecer cuanto se roce, dignamente, con el noble e interesante juego de ajedrez.
M. M. S.”
* * *
Y ha sido ahora cuando, buscando información sobre Tolosa, he encontrado una nueva fotografía de Baquero. Si bien es la misma que figura en los artículos anteriores, me da la impresión que ésta debe ser la más parecida al original. Y, de esta forma, no he podido liberarme de volver a realizar un pequeño comentario sobre este gran jugador.
El propio José Tolosa y Carreras, quién si no, hizo un breve artículo en la revista Ilustració Catalana, del 26 de febrero de 1905, páginas 140 y 141, donde destacaba nuevamente las dotes ajedrecísticas de Baquero, así como su entusiasmo por el Ajedrez. En un párrafo comenta que las partidas de Baquero fueron publicadas en su tiempo en las mejores revistas del mundo, y añade que el Deutsche Schachzeitung, de Leipzig, el Neuestem Nachrichten, de Munich, el Berliner Schachzeitung, de Berlín, el Rigaer Tageblatt, de Riga, el Ceske Listy Sachovê, de Hungría, El Pablo Morphy, de La Habana… y, como no, la Ruy López, de España, se vieron honrados con la inserción de las mismas. Incluso el doctor Tarrasch, ilustre médico de Nüremberg e insigne campeón alemán, vencedor en multitud de torneos internacionales, decía, en el Deutsche Schachzeitung, sobre uno de los excelentes finales de partida de Baquero:
“Que los procedimientos ideados por Baquero para lograr la victoria se revestían de incomparable belleza, resultando extraordinariamente elegantes y contenían sacrificios de piezas que eran tan brillantes como originales.”Todo un reconocimiento de un campeón.
* * *
Volviendo sobre La Sala Imperio, que estuvo funcionando ininterrumpidamente desde su creación en 1909 hasta el 2 de abril de 1918, en que fue derribada para poder edificar la sede de una empresa industrial, y sobre la cual he ido reuniendo nuevas imágenes de aquellos antiguos torneos de ajedrez que allí se celebraban, me gustaría resucitar un párrafo de un artículo anterior, que decía lo siguiente:
“… el café de la Sala Imperio, en la calle Diputación nº 239. Un local espacioso donde los visitantes siempre fueron atendidos con general deferencia…Así, pues, hablando sobre este torneo he de decir que he encontrado una nueva fotografía de aquellos campeonatos que se jugaron entre finales de 1909 y enero de 1910. Imagen que figura a continuación:
Una vez instalados, Augusto del Valle Figueras (Habana 1872) y Leoncio Trullá Cabané (Barcelona 1865), se preocuparon inmediatamente en la organización de la sección. Con el asesoramiento de Puig i Puig acordaron que inicialmente se debía actuar insertando noticias de ajedrez en los periódicos locales. De esta forma Las Noticias comenzó su magnífica columna, de la mano de Esteve Puig i Puig. A raíz de todo esto nació un nuevo Campeonato de Barcelona, que se inició a finales de 1909 y terminó en Marzo de 1910, venciendo el malagueño Francisco Martino López (Torrox 1881), seguido de Domingo Sal Juliá (Molins de Rey 1872) y de Esteve Puig i Puig, siendo éste el primer éxito importante en el nuevo café…”
Y para terminar, no quiero ser una excepción, incluiré el problema más publicado de José Tolosa -sin tener la certeza de si es su mejor problema-, con una continuación del mismo que, muchísimos años más tarde, en 2003, publicaron en L’Echiquier Belge, la pareja Roger Missiaen e Ignaas Vandemeulebroucke. Si el problema de Tolosa era de mate en tres jugadas… el de estos dos compositores belgas lo concibieron en cuatro. Se puede ver perfectamente en el mismo la misma idea de Tolosa.
Tolosa y Carreras, José (Girona) - B+ (Mate en 3 jugadas)
La Stratégie, 1887
1.Cb2!
[1.Cd4? c2 2.Ce6 c1C+! ]
1...cxb2 2.Ca1 bxa1D 3.Dxa1#
La Stratégie, 1887
1.Cb2!
[1.Cd4? c2 2.Ce6 c1C+! ]
1...cxb2 2.Ca1 bxa1D 3.Dxa1#
Veamos ahora el del binomio Roger Missiaen e Ignaas Vandemeulebroucke, que no deja de ser una anticipación.
Missiaen, R. + Vandemeulebroucke, I. (Bélgica) - B+ (Mate en 4 jugadas)
L'Echiquier Belge, 2003
(después de José Tolosa y Carreras)
1.Rg3 exf3 2.Cg2 fxg2 3.Ch1 gxh1D 4.Dxh1#
L'Echiquier Belge, 2003
(después de José Tolosa y Carreras)
1.Rg3 exf3 2.Cg2 fxg2 3.Ch1 gxh1D 4.Dxh1#
Y he aquí, antes de finalizar, la nota de un segundo libro editado por José Tolosa…
Y esto es todo lo que he podido reunir de este apasionado del problema, que si no fue de los mejores que ha tenido España, sí que todos podríamos decir que quizás sin él nunca esta faceta del ajedrez hubiera tenido el auge que su empeño y compromiso propició. Mi recuerdo para este patriarca de nuestro Ajedrez.
Joaquim Travesset
26 de octubre de 2013