Durante los días 26 de junio al 10 de julio de 1958 -tal como veremos en
una copia de los folletos propagandísticos- se desarrolló en Valencia
el
XIX Campeonato Individual de España de Ajedrez. El marco
escogido para la celebración fue el Salón de Exposiciones del Ateneo
Mercantil. Un día antes, en la noche del 25 de junio tuvo lugar, en el
Salón de Actos del Ayuntamiento, el sorteo del número correspondiente a
cada jugador. Estaba previsto un descanso, el 3 de julio, al finalizar
la primera vuelta.
Arturo Pomar, el vencedor
(Foto: Archivo)
Como era costumbre en la época, aquí no faltaba nadie en la lista de los
diferentes comités, tanto si eran ajedrecistas como si no. Así, de esta
forma, nos damos cuenta de que los verdaderos organizadores del
certamen quedaban relegados en la cola de los mismos, como si su
organización y/o colaboración no hubiese sido lo suficiente importante
como para que figurasen en la cabecera de ellos. Tanto el presidente de
la Federación Española de Ajedrez,
Agustín Pujol Sivil, como el delegado de la misma, el ínclito
Brígido Chamero Cano, y también
José Montagut Richart y
Joaquín Maldonado,
presidentes de la Federación Valenciana de Ajedrez, el uno, y del
Ateneo Mercantil, el otro, respectivamente, fueran unos meros comparsas.
Ya sabemos todos como se escribe la historia.
Agustín Pujol y Brígido Chamero
(Foto: Archivo)
Los programas del torneo
Veamos, pues, dos de dichos encartes donde se especifica claramente todo lo relativo al torneo.
Personajes que figuraban en el Comité de Honor
(Foto: Archivo)
Personajes que figuraban en el Comité Ejecutivo,
de Dirección y nómina de participantes
(Foto: Archivo)
Román Torán no participó en el torneo. Sin embargo le vemos en los
programas del mismo actuando como Director Técnico. Y, como siempre, sus
crónicas periódicas con comentarios cualificados podían leerse en La
Vanguardia.
Román Torán Albero
(Foto: Archivo)
Las clasificaciones
Y ahora, antes de continuar, veamos diversos detalles de la
clasificación final. El primero de ellos se debe a las anotaciones que
Àngel Ribera fue tomando a medida que se producían los resultados. Los
otros dos contienen el orden de clasificación según el sorteo inicial y
por puntuación final.
Anotación manual debida a Àngel Ribera
(Foto: Archivo)
Clasificación final por orden de sorteo inicial
Clasificación final por orden de puntuación
Y en la puntuación progresiva por rondas nos daremos cuenta de cómo se
comportaron cada uno de los jugadores, con todos sus altibajos. Los
peores inicios fueron los de Cherta y Ribera. Y los mejores de Pomar y
Farré. Este último sufrió un descalabro en la segunda vuelta.
Puntuación progresiva
(Fuente: Archivo)
Veamos ahora algunas fotos de los protagonistas con diversos comentarios sobre cada uno de los participantes.
Arturo Pomar, que pertenecía a la Federación Castellana y en
aquellos momentos ostentaba el título de Maestro Internacional, culminó
un gran torneo imponiéndose con gran autoridad. Hasta este momento había
quedado tres veces campeón de España:
1946-Santander, 1950-San Sebastián y
1957-Zaragoza.
Tres puntos de ventaja sobre el segundo clasificado lo explican todo. No
obstante pasó dificultades en algunas partidas. Sobre todo frente a
Llorens y Pardo, y también en la segunda de las partidas contra
Francisco José Pérez que, a estas horas, aún no me queda claro cómo pudo
perderla… a no ser que el reloj le traicionara.
Arturo Pomar Salamanca
(Foto: Archivo)
Àngel Ribera
empezó mal, perdiendo las tres primeras partidas y únicamente consiguió
3½ puntos en la primera vuelta. Nada hacía presagiar que culminaría una
segunda vuelta excelente obteniendo 5 puntos más, perdiendo únicamente
contra Pomar y alcanzando el subcampeonato. Todo un éxito si tenemos en
cuenta que para jugar este torneo debió pedir permiso a la empresa
donde trabajaba y sus preparativos no fueron los más adecuados para
librar batalla en una final de esta índole.
Eduardo Pérez-Àngel Ribera
(en una de sus diversas confrontaciones)
(Foto: Archivo)
Francisco José Pérez tuvo de todo. Partidas que perdió por falta
de concentración y otras en las que demostró su valía, como su victoria
contra el campeón. En aquellos momentos aún no había obtenido el título
de MI, pero sí los campeonatos de España de 1948-Murcia y
1954-Tarragona. Representó a la Federación Catalana.
Francisco José Pérez Pérez
(Foto: Archivo)
Veamos la partida en cuestión. Una excelente producción:
Eduardo Pardo. De este notable y fuerte jugador de la Federación
Gallega-Sur no disponía de ninguna fotografía. La imagen que veremos
después se trata de una partida que sostuvo con el gran campeón aragonés
Santiago Tejero Lamana. Fue el amigo Jesús Remis Fernández quién me
facilitó el enlace en donde aparecía. Espero que los amigos aragoneses
no se enfaden por haberla incluido en este artículo. Pardo era uno de
los jugadores veteranos del certamen, que ya había participado en el de
1956 obteniendo una modesta clasificación. Pero en éste cumplió
sobradamente. Tuvo a Pomar contra las cuerdas en la partida de la
segunda vuelta. Puntuó contra todos sus adversarios, especialmente
contra Pérez, que se llevó dos roscos. Únicamente Ribera consiguió
doblegarle en sus dos partidas.
Eduardo Pardo (izq.) - Santiago Tejero Lamana (dcha.)
Semifinal Campeonato de España-1960 - Zaragoza
(Foto: http://www.ajedrezaltoaragones.com)
Miquel Farré es un caso insólito. En aquellos instantes era el
subcampeón de España y sus partidas de la primera vuelta, a pesar de sus
aperturas un tanto fuera de tono, presagiaban que como mal menor
volvería a conquistar el subcampeonato. Una segunda vuelta desastrosa,
donde únicamente consiguió medio punto de las últimas cinco partidas,
tiraron por la borda todo el trabajo de la primera vuelta. ¿Poca
ambición? ¿Falta de concentración por acumulación de torneos? Una pena,
porque tenía talento para lograr el máximo galardón. Representaba a la
Federación Catalana. Veamos, si no, el cuadro de puntuación al terminar
la primera vuelta. O sea, después de la séptima ronda.
Miquel Farré Mallofré
(Foto: Archivo)
Clasificación después de la 7ª ronda
Eduardo Pérez representaba a la Federación Valenciana. En
aquellos momentos era una de las grandes promesas de nuestro ajedrez.
Había debutado hacía poco con el equipo de España en algunos encuentros
contra selecciones de otros países. Destacaba por su juego altamente
agresivo y combativo que hacían de él un adversario temido.
Eduardo Pérez
(Foto: Archivo)
Tomás Llorens, de la Federación Alicantina, hubiera podido hacer
un buen campeonato. Lástima de las tres rondas que no pudo intervenir
por estar enfermo. No debió ser algo sencillo, puesto que incluso fue
trasladado a su ciudad, Alcoy, y se temió que no pudiera concluir el
certamen. Román Torán, en uno de sus artículos en La Vanguardia
comentaba esta cuestión y añadía que posiblemente se tratase de fiebre
tifoidea y que, si fuera así, veía casi imposible que pudiera continuar
el torneo. Según parece su enfermedad no fue tan grave, pero sí que le
privó de jugar tres rondas. Afortunadamente pudo incorporarse al inicio
de la primera partida de la segunda vuelta. A pesar de todo esto aún
pudo amargarle la existencia a Francisco José Pérez: 1½ de dos partidas,
y no quedar el último. Por otro lado tuvo ventaja en el final contra
Pomar de la última ronda, pero aceptó el empate. Era uno de los
jugadores más combinativos y peligrosos de los que figuraban inscritos.
Era la segunda vez que participaba en el campeonato de España.
En la imagen que sigue le vemos con el equipo del Club Ajedrez Alcoy, campeones de España por equipos del 1965.
Club Ajedrez Alcoy
Campeón de España por equipos 1965
De izquierda a derecha y de arriba hacia abajo:
Vicente Llorca, Eduardo Doménech y Tomás Llorens,
Ricardo Calvo, Jesús M. Díez del Corral y Fernando Iváñez.
(Foto: https://issuu.com/mafalcoi/docs/1994/152)
Pere Cherta Clos de la Federación Catalana, era del estilo de
Àngel Ribera, a quién por cierto enseñó a jugar al ajedrez en los
locales del Fútbol Club Martinenc, allá por el año 1924. Uno de los
veteranos más fuertes y seguros, con un sólido estilo posicional, pero
que en esta ocasión no estuvo a la altura que de él se esperaba.
Solamente consiguió un resultado positivo contra Pardo.
Pere Cherta Clos
(Foto: Archivo)
La polémica está servida
En teoría la clasificación de Ribera acarreaba su integración a la
selección nacional para disputar la olimpíada de Munich. Y digo en
teoría porque en la práctica ya se encargó el novel seleccionador
nacional, Vicente Almirall, (acababa de ser nombrado después de su cese
como presidente de la Federación Catalana de Ajedrez, donde fue
sustituido por el presidente del Club Ajedrez Barcelona, Ricardo A.
Oller) de truncar sus ilusiones, dejándolo fuera de los seleccionados.
Fue tal el revuelo y el malestar general que Almirall rectificó. Más
bien, intentó cambiar el decorado de la película y se sacó de la
chistera un “torneo nacional de entrenamiento”, que se jugaría en
Barcelona, del 4 al 9 de agosto, en los lujosos locales del Café Vienés,
sede del Club Ajedrez Paluzíe, con todos los mejores jugadores
nacionales. Tal vez pensó que Ribera no alcanzaría un buen resultado y
que su
jugada quedaría impune. Pero ante el concurso de otros
once jugadores nacionales, Jesús M. Díez del Corral, Santiago Martínez
Mocete, Eduardo Franco, Augusto Menvielle, Joaquim Serra, Rafael
Saborido -de regreso de tierras salvadoreñas-,
Miquel Albareda,
Pere Cherta, Jaime Lladó, Francisco José Pérez y Miquel Farré, obtuvo
la máxima puntuación, cediendo solamente medio punto ante Díez del
Corral.
Las palabras que
Jordi Puig Laborda utilizó para encabezar uno de sus artículos en Destino decían:
“Àngel Ribera, el más efectivo de los participantes”.
Cuadro de clasificación
(Foto: Archivo)
A pesar de todo, Vicente Almirall Castells no cambió de idea y dejó a
Ribera fuera de la olimpíada, en favor de “su” amigo Jaime Lladó, que ni
siquiera había competido en el campeonato de Cataluña ni en el de
España, y que en este torneo de entrenamiento únicamente había vencido a
Serra y Franco. Unas semanas más tarde, el nuevo presidente de la
Federación Catalana, Ricardo A. Oller, -que lo era del Barcelona y,
consecuentemente, conocía perfectamente a Ribera- organizó un acto de
homenaje a Vicente Almirall y tuvo la osadía de invitar al mismo a Àngel
Ribera. A esto se dice no tener mano derecha. Lógicamente Ribera no
aceptó y las muestras de respeto de sus amigos no se hicieron esperar.
El banquete, lógicamente, resultó moralmente deslucido por estar latente
su arbitraria decisión como seleccionador.
Para un enamorado del ajedrez, todo esto, en un jugador no profesional,
donde los torneos en los que participaba forzosamente tenían que robarle
horas de sueño de su descanso laboral, fue un golpe terrible, y más en
una persona humilde como Ribera, que comenzó a trabajar cuando aún no
había cumplido los siete años, limpiando chimeneas, en aquella España
negra de los comienzos de la primera guerra mundial, donde un trozo de
pan valía su peso en oro, y había sufrido sus consecuencias. Pero en
unos tiempos de libertad y de progreso no podían aceptarse estas
decisiones dictatoriales que iban en contra de salvaguardar la ética,
que en todo momento debe existir. Sé que Almirall hizo mucho por el
Ajedrez, pero ello no le autorizaba a actuar de esta forma. El poder del
dinero ya ocupaba entonces un lugar preferente.
En una confesión posterior, Ribera manifestó que había perdido su
ilusión por el ajedrez. Se disgustó tanto que al poco tiempo causó baja
de socio de su club, el Club Ajedrez Barcelona, porque entendió que no
se le había dado el soporte debido. También dirigió diversos escritos a
la Federación Española de Ajedrez -que obran en mi poder- en los que
mostraba su descontento. Estos fueron contestados por su vicepresidente,
Félix Heras, a título particular… pero con el membrete de la FEDA, en
los que intentaba poner paz, pero sin esclarecer ninguno de los puntos
que Ribera le había planteado.
En artículos anteriores sobre Àngel Ribera, publicados en este mismo blog, el primero fue
Ribera 1909-1920 y el último de los cuales fue
Ribera 1956-1996, ya comenté exhaustivamente toda esta cuestión.
Àngel Ribera
(dibujo de autor desconocido)
(Foto: Archivo)
Jordi Puig Laborda, en un magnífico artículo en Destino, titulado
“Movida actividad del ajedrez catalán en 1958”, decía, entre otras cosas y acerca de este tema, lo siguiente:
Jordi Puig Laborda
(Foto: Archivo)
“… Y precisamente debido a que la actuación del
seleccionador siguió otros derroteros de los esbozados, dio lugar a que
se creara una fuerte hostilidad en torno al equipo que se designara para
actuar en Múnich. Es decir, concretando y dejando al margen otras
consideraciones de menor importancia, que prefirió a un dudoso Lladó,
que no había participado en los Campeonatos de Cataluña y de España, a
un Ribera que se proclamaba subcampeón en ambos…”
Jaume Lladó Lumbera
(en el centro de la polémica)
(Foto: Archivo)
“Esta apreciación inicial carecía ya de fundamento, según se desprende
de lo indicado anteriormente y se hizo posteriormente evidente ante los
éxitos que adornaron la actuación de Ribera, mientras Lladó no
conseguía, por más esfuerzos que hacía, dar la sensación de estar en su
mejor momento, Ribera se erigía como mejor jugador del torneo de
entrenamiento de la selección nacional, -que por lo demás actuó mermada
por las ausencias de Pomar y Torán, ambos considerados titulares
indiscutibles, mientras Díez del Corral se afirmaba como imprescindible a
pesar de que no podía contarse con él-, torneo que el propio
seleccionador convocara para los primeros días de agosto. Ante el estado
público que tomó entonces la cuestión se dieron las razones oficiales
de no haberse tenido en cuenta la candidatura de Ribera porque ya se
había presentado a la FIDE la lista de convocados. Pero como sea que el
plazo concedido por la FIDE expiraba el 30 de julio y que el Campeonato
de España se cerró el 10 del mismo mes, debe conceptuarse de
improcedente, y hasta de personalista la selección presentada…”
“…Aun cuando pueda estimarse que el revuelo que se armó en torno a este
asunto era mayormente de forma que de fondo, en el sentido que poco más
podía tal vez esperarse de Ribera que de Lladó en Múnich, tiene la
suficiente gravedad para sacarlo una vez más a colación, ya que de lo
que se trata es de salvaguardar la ética y la importancia de unas
pruebas que, dado que figuran como el máximo exponente del ajedrez
nacional, deben tener ciertas prerrogativas de preponderancia. De otro
modo la deserción será la norma, consolidándose la que ya se ha dado
ante esta eventualidad. Y en el orden personal hubiera sido un justo
galardón a un jugador que durante cerca de 30 años ha figurado en primer
plano del ajedrez nacional…”
Vicente Almirall Castells
(el flamante seleccionador español)
(Foto: Archivo)
Creo que con todo esto queda claro la chapuza de Almirall. Y digo yo,
¿si el plazo concedido por la FIDE expiraba el 30 de julio, a qué viene
a convocar el torneo de entrenamiento en el mes de agosto para
seleccionar al equipo español? Y si aquí no podía ser, ¿por qué tampoco
se le convocó para el torneo Clare Benedict, que debía jugarse algunas
semanas después? Sobran las palabras.
Partidas XIX Campeonato de España
Volviendo al tema del campeonato de España, veamos una de las páginas
del cuadernillo donde se encuentran todas las partidas de torneo.
Algunas de ellas contienen errores de difícil solución. Otros errores
también figuran en otras partidas anotadas en El Ajedrez Español, pero
espero que entre ambas fuentes haya podido grabar de forma inequívoca
las 56 partidas que se disputaron y que figuran en el
pgn adjunto. También he incluido 12 partidas que se jugaron en el torneo de entrenamiento posterior. Es todo lo que he podido localizar.
Una de las páginas del cuadernillo
donde figuran las partidas del torneo
(Foto: Archivo)
Una de las cuestiones que para mí parecía una incógnita insalvable era conocer el detalle de la
partida Tomás Llorens - Àngel Ribera,
de la quinta ronda, que no figura ni en una pequeña memoria del
campeonato, editada a ciclostil, donde he localizado el resto de todas
las partidas, ni tampoco en el archivo de Ribera, ni en la revista
Ajedrez Español, donde las partidas están mejor anotadas que en dicho
cuadernillo. Por los comentarios que figuran en el recorte de Mundo
Deportivo del día 3 de julio, que podemos leer a continuación, es
posible que tal partida no llegara a disputarse, ni tampoco se jugaron
aquellas en las que debía enfrentarse a Cherta y Pomar. O sea, Llorens
estuvo enfermo durante el transcurso de las rondas 5, 6 y 7. Creo que el
periódico del día siguiente, 4 de julio, explica claramente la actitud
de los árbitros. De todas formas en siguientes ediciones de Mundo
Deportivo se hablaba de la posibilidad que Llorens disputara dichas tres
partidas. Una posibilidad que no llegó a producirse.
Mundo Deportivo 3/7/1958
Mundo Deportivo 4/7/1958
Y en el siguiente recorte del mismo periódico se da cuenta de los resultados de la última ronda y dela clasificación final.
Mundo Deportivo 11/7/1958
Más escudos de históricos clubs de ajedrez de Cataluña
Tal como vengo haciendo en alguno de los últimos artículos, en éste
también incluiré más escudos de algunos otros clubs de Cataluña que en
su día también tuvieron mucho que ver en el desarrollo del ajedrez
catalán. Ya sé que no tienen nada que ver con este campeonato de España,
pero también es cierto que si no aparecen en algún sitio se puede
perder el conocimiento de esta pequeña historia de algunos clubs. Debajo
de cada uno de ellos indicaré el nombre y el domicilio en el cual
tenían su sede entre los años 1949 al 1952.
Peña d’Escacs Catalònia
Estaba situado en la calle Muralla, nº 9, en el Café-Granja “La
Cervecería”, en Manresa. En el año 1951, que es de quién he localizado
su emblema, el presidente era Miquel Xivillé. Más adelante cambiaron el
nombre, situando la palabra Club en lugar de Peña. Si deseáis ver alguna
información complementaria sobre este club, la encontraréis en el
siguiente artículo:
Primeros pasos del ajedrez en Manresa.
Escudo de la Peña d’Escacs Catalònia
Club Ajedrez Alí-Bey
Su emblema la he encontrado en una carta del año 1949, visada por su
presidente, M. Martín, y firmada también por el secretario, R. Ginesta.
La sede social estaba en el Bar M. Sorolla, en la calle de Tánger, 197
-antes Alí-Bey-, de Barcelona.
Escudo del Club Ajedrez Alí-Bey
Català Escacs Club
En una carta que conservo de 12 de junio de 1951, figura en su membrete el nombre de
Catalán Ajedrez Club.
Pero si no fijamos en su escudo veremos que las tres letras mayúsculas
equivalen a su identificación en catalán. Eran los tiempos en los que no
todo se podía hacer. Recuerdo haber jugado alguna de mis primeras
partidas de campeonato en este club, uno de los más antiguos de
Catalunya, en un local del Barrio de Sant Pere - Santa Caterina y la
Ribera; en el distrito de Ciutat Vella, en uno de estas casas antiguas
que parecía que amenazaban ruina, pero que todas sus paredes conservaban
un cierto aire nostálgico y agradable. Esto era en la calle de Carders,
nº 12, pral., de Barcelona
Escudo del Català Escacs Club
Club de Ajedrez Calaf
Por carretera existen aproximadamente 90 Km. de Barcelona a Calaf. Puede
haber alguna variación según las vías que se tomen. Este club siempre
ha tenido fuertes jugadores y el local social estaba situado en el año
1951 en la sede de “La Unión Calafina”
Escudo del Club de Ajedrez Calaf
11/9/1949 - Àngel Ribera, en una exhibición
de simultáneas en el Club de Ajedrez Calaf
(Foto: Archivo)
Sección de Ajedrez Alba
También he localizado su emblema en una carta fechada el 20 de diciembre
de 1942 y firmada por el representante de la Comisión Deportiva, Jaume
Boix, que por cierto era uno de sus líderes. Su sede estaba fijada en la
calle General Primo de Rivera, 36, de Badalona.
Escudo de la Sección de Ajedrez Alba
Y esto es, a grandes rasgos, lo que he podido encontrar de todo este
campeonato de España celebrado en Valencia, que dio el cuarto título a
nuestro nunca olvidado
Arturo Pomar y que hace muy poco tiempo
que falleció. En esta crónica he mezclado otros asuntos que, si bien no
se corresponden con el título de su encabezamiento, espero que también
os hayan resultado agradables de leer. Esta es mi esperanza.
Joaquim Travesset
5 de septiembre de 2016